Dermatólogos malagueños reciben un premio nacional por analizar los riesgos de radiación solar que sufren los pilotos en las cabinas de los aviones
Dermatólogos malagueños relacionados con el ámbito de la fotobiología acaban de recibir un premio andaluz por un trabajo científico que analiza los riesgos de radiación solar que sufren los pilotos en las cabinas de los aviones. El estudio, denominado ‘Radiación ultravioleta en la cabina de avión: el daño potencial para los pilotos es más significativo de lo que se pensaba’, ha sido reconocido como mejor trabajo de investigación en el seno del último Congreso Andaluz de Dermatología, celebrado el pasado mes de marzo en la ciudad de Marbella.
En este proyecto -que cuenta con el aval científico de la Academia Española de Dermatología y Venereología- han participado el Servicio de Dermatología del Hospital Virgen de la Victoria, el Laboratorio de Fotobiología Dermatológica del Centro de Investigaciones Médicas de la Universidad de Málaga (CIMES), así como el Hospital Universitario Gómez Ulla de Madrid. También, han intervenido miembros del Grupo 45 del Ejército del Aire con base militar en Torrejón de Ardoz.
El eje central del proyecto es conocer el riesgo potencial que supone para la piel la exposición al sol desde altas cotas de altitud -como es el caso de los pilotos de las líneas aéreas, que deben permanecen durante largos periodos de tiempo a una altitud superior a los 10.000 metros-, y valorar una mejora en la protección de dichos trabajadores para evitar problemas dermatológicos a largo plazo.
Integrado por profesionales de nutrida experiencia en el ámbito de la fotobiología, la fotoprotección, la fototerapia y el cáncer de piel, el Grupo de Investigación de Fotobiología Dermatológica, se encuentra dirigido por el jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Virgen de la Victoria y catedrático de esta especialidad de la Universidad de Málaga (UMA), Enrique Herrera Ceballos. Además, han participado los especialistas María Victoria de Gálvez y José Aguilera del CIMES de Málaga; Santiago Vidal, del Gómez Ulla; y Eduardo Valero-Criado y Javier Cumplido, ambos miembros del Ejército del Aire.
En opinión de la especialista en Dermatología, María Victoria de Gálvez “ las dosis de radiación ultravioleta (UV) deben ser bien evaluadas, ya que los pilotos no están expuestos directamente a dicha radiación, sino que es la radiación transmitida a través de los cristales de las ventanas, y que por la composición del vidrio laminado la penetración de la radiación ultravioleta (UV) debería estar muy limitada para evitar dichos efectos dañinos a largo plazo”.
Por otro lado, José Aguilera explica que “las medidas han sido realizadas en condiciones de vuelo real, fuera del espacio aéreo a una altitud aproximada de 10. 500 metros, poniendo a disposición de los investigadores de nuestro grupo uno de los Airbus 310 que posee el Ejército del Aire y que normalmente se utiliza para desplazamientos oficiales del Gobierno y de la Casa Real” . Además, añade que “las medidas realizadas con equipamientos de alta resolución en la cabina de los pilotos, mostraron valores de radiación ultravioleta A (UVA) muy elevados y significativos tanto en posición cercana a las ventanillas como en la posición normal del piloto durante todo el período de vuelo”.
Asimismo, Enrique Herrera concluye que “los cálculos de la dosis total de UVA a los que se expusieron los pilotos durante las tres horas de vuelo equivaldrían a una dosis similar de radiación a la que se expondría un persona durante dos sesiones seguidas dentro de una cabina de bronceado artificial”.
Los resultados de este estudio de Fotobiología Dermatológica apuntan a que si bien el acristalamiento garantiza la no exposición a la radiación ultravioleta B ( UVB)-la más dañina para la piel-, gran parte de la radiación ultravioleta A ( UVA) penetra a través del acristalamiento y su participación en la generación de patologías relacionadas con cáncer de piel (estrés oxidativo, envejecimiento cutáneo, elastosis dérmica e inmunosupresión) es evidente, mostrando una implicación directa en el origen de lesiones de la piel, como son los carcinomas basocelulares y espinocelulares, y también de melanomas.
El proyecto afrontará una segunda fase, a través de la cual se tomarán nuevas medidas en condiciones de vuelo real en época de verano, para lo cual se llevará a cabo la colocación de sensores de radiación ultravioleta que queden en cabina del avión durante varios meses. De este modo, podrán calcularse las dosis totales de radiación a las que pueden estar sometidos los pilotos durante lo largos periodos de tiempo que implica su actividad laboral.
Actividad asistencial
El Servicio de Dermatología del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga llevó a cabo el pasado año un total de 31.000 consultas externas, realizó más de 18.300 intervenciones de cáncer cutáneo, además de 1.400 operaciones en régimen de cirugía mayor ambulatoria (CMA), lo que supone el 80% del total.
Por otro lado, unos 365 pacientes recibieron fototerapia, lo que supuso un total de 6.000 sesiones (unas 30 cada día) en las cabinas de ultravioleta A y B. Además, alrededor de 150 pacientes recibieron el pasado año tratamiento para las lesiones superficiales de cáncer cutáneo no melanoma en la unidad de Terapia Fotodinámica con la que cuenta este servicio.
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